miércoles, 29 de diciembre de 2010

Quien negocia con la tristeza y nunca se independiza

Hay alguien quien negocia con mi tristeza,
la vende al triste precio de la felicidad,

y se lleva al hombro la verdad, me rodea
como a un muro la neblina, y me
entristece como a un pantano la noche,
tiembla en su seguridad divina y huye
por las mañanas mucho más que temprano,
seguro de no encontrarse con mi mano,
seguro de despertarme ganando.

Todo dueño de su destino, horrible
pajarero de los sueltos nidos del hombre,
aturdido en su bosque eterno vuelve cada
mañana a comenzar su trabajo y nunca
termina, porque no se sabe aún
si de verdad ha empezado
alguna vez.

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