lunes, 22 de noviembre de 2010

A la manera de la humildad

Una flor sonríe
en el vástago
temblando
apenas erecto sobre
las hojas,
apenas sobre
la maceta
en el balcón.

Mi alma supo un día
comenzar a nadar
en el vacío,
como nadaba en la grandiosa
abundancia.

Cuando un ciervo
animal
se agacha para saltar
levanta dos alas al vacío
y apoya otras dos en la
inmensa
abundante tierra.

Cuando yo veo pasar una mujer
hermosa
dos alas se apoyan en el vacío
muy atrás de mi espalda
y dos, largas, vuelan
directo, abriéndose en la locura
para acariciarla.

Luego, en la playa
acariciando una piedra
sólo
cuatro alas
dan vueltas y me marean
cuatro alas
visten mi cuerpo a la manera
del mar
a la manera de las estrellas
a la manera de las distancias
a la manera del silencio
y a la manera de la humildad.

Llamada seria a la diosa Dulzura

Dulzura,
dulzura…
quiero que seas amarga
como la vida,
dulzura.

Tu secreto es
ser dulce
cuando sos amarga
como la vida.

Espiral de hoja en blanco

Una vez nuestra hoja
estuvo blanca
en blanco.

Después nuestros colores
explotaron, y se llenó
hasta el último espacio.

Al final, nuestros
colores implosionaron
y la hoja volvió, otra vez, a ser blanca.
Nuestra hoja a estar en blanco.

Y la belleza
puede renacer
con todas sus fuerzas
en nuestros corazones.

De saber cuidarse

Furia
Energía
Voluntad
Creatividad

Profundidad
Decisión
Dulzura
y amor.

Por ahora me
amo a mí mismo,
y amo a mis amigos.

Amo a mis
novias de antes
como dulces recuerdos
tristes, amargas caricias
vivas heridas
en mi alma que sabe curarse.

Como lastimaduras de la vida
amo a mi pulso que cura
que duele
que me muestra lo débil
que crece en sensibilidad
que me sabe cuidar
y que me enseña a confiar.