Por escuchar el silencio de tu pecho

Si tuviera el silencio
para acercarme a tu pecho
y callarme
como si supiera
entendiera
todo lo que ocurre
en tu interior
todo lo que callás
y lo que decís
y has dicho,
quizás dejaría de ser
para ser vos.

O sea, que siempre voy
a tener un poquito de ruido
y nunca el silencio que hay en tu pecho...

Pero quiero que sepas que me gusta escucharlo...

arroyo en reiteradas variaciones

llueve como en un arroyo
yo pensé,
me levanté y dije:
hoy me mojo

será que en el arroyo
las gotas de agua
no mojan más, al arroyo,
que lo que ya está mojado,
sabe por dentro
lo que ve por fuera,

siente, por dentro
lo que muere
fuera
y viene

lo que muere y nace
a su costado,
como un pato nadando

un hombre llorando...
más gotas que solo
saben
lo que el arroyo
se lleva
y nos trae.

ilusionadores

picante
ilusión
trastabillea
y se abre como una flor

sonríe a los campos
extensos
cargados de aromas
y profundos en sus lomas,

los campos de
los ilusionadores

ilusionando
van dando vida
y quitando muerte,
eligiendo

como la naturaleza
como las estrellas

como la marea

enredadera en un instante

enredadera
tirante
de alta altura
de antiguo pasado

fuerza que une lo alto
con lo bajo,
chupando los nutrientes del suelo
y aferrándose a los gajos
a los más altos
de los bosques

me acerco a darle un beso a tu corazón
en el medio de ese esfuerzo
de estirarse y de
aferrarse...
logro no darte cosquillas
aunque estés con los brazos levantados
en las cimas de los árboles,
porque en el mismo momento
que mis labios se posan en tu corazón
sienten la tensión
y participan de la locura
la hermosa locura
de intentar estirarte
un poquito más,
de crecer
este poquito más,
por el momento.

Con la muerte no se juega.

El tiempo este
el único que quiero disfrutar
el único donde
me voy a concentrar

¿Que el amor no vale
la pena?
¿Que el amor
con la muerte termina?

¿Que el amor es una
ilusión que es mentira?

Mi vida...
mi vida es esta mentira.

Las cosas que me molestan diariamente

Soñé con las cosas
que me molestaban del día a día
y sonreí sabiendo que las elegía,
que elegía molestarme

porque de pronto
me di cuenta,
y no somos más que eso:
un sueño,
un aceptar y soñar intensamente
o un barullo con las imágenes
que primero se nos presentan...

Los brillos

Un día me di cuenta que
en un momento me había
dado cuenta
de que
una vez, yo...

y en un momento me di cuenta
que yo un día
una vez...

Había entendido todo el tiempo
como uno...
una vez... un par de veces...

una vez...
yo me había dado cuenta
que ahora me estaba dando cuenta
que...

una vez me había dado cuenta
una vez...
siempre la misma vez...

y se sonríen los momentos
como chispas
como luciérnagas que
se apagan en la noche
e imitando a las estrellas,
las estrellas imitándose a ellas,
a ellas mismas,
hacen las luciérnagas
y las luciérnagas,
imitándose a ellas mismas,
hacen brillos que brillan
en mi interior...
ellas,
todas ellas brillan en mi interior...

se apagan
sonriendo hacia su interior...

besarte desde el primer instante.

quiero besarte tan profundamente
y tan desde el primer instante
que no sepas donde termina tu cuerpo
y pienses que todo es obra del sol:
las paredes, el piso,
la cama,
el aire…
el tiempo
y yo.

Flor verde.

La vida se ofrece lentamente,
lo verde de una flor
solo lo muestra
muy adentro,
puertas adentro de la muerte.

El profundo secreto
de la multiplicidad,
de las sugerencias de futuro,
aúlla,
totalmente muerto,
en lo más profundo
de la muerte.

Contempla a lo vivo.
El fondo del mundo, lo más salvaje,
inmenso,
inmenso como es,
es hermoso
y lo más feliz que hay.

Nuestra demora,
la temporal desidia,
la aparente indiferencia,
son todas
partes esenciales
de nuestra vida.

La flor
es lo verde que se manifiesta.

La muerte
lo que lo busca.

amor
amar
saber que se está construyendo lo único que vale la pena en el mundo
tener la certeza
la seguridad
la fuerza
y la belleza

de saberlo
y de hacerlo

de saberlo
y de hacerlo.

liviano como una hoja
me gusta vivir el día a día
    pero tenso,
    tenso como si en el lápiz
    que siente la hoja apoyada en el aire
    estuvieran mis sentimientos.

    Una sonrisa en la mañana
    en la mañana que me di cuenta
    que amaba la sonrisa y nada más

que no me importaban los árboles
el dolor de niño
ni la muerte.

    La sonrisa del momento presente
    de ella, de nada más que de ella

    La sonrisa de la vida
    La sonrisa de la mía

    hombre,
    ningún tesoro escondido.

Pájaro saeta

El pájaro de fuego
ardiendo, la piedra encendida
la mirada sostenida
la fuerza creadora de la
espesa y profunda selva,

como en el medio de mi corazón,
de mi pecho,
de mi postura,

todo eso,
todo esto,
que se va volando
a destinos más lejanos
de los que vino,

con más ilusión
que felicidad,
más miedo
que tristeza,

más futuro que pasado...
eternamente.