viernes, 26 de febrero de 2010

Un barco de tus montes,
de tus colores pintado,
y en tus lágrimas bañado...
(de felicidad...)

De tu curva hacerme tiempo,
de tus arenas: gruesas y finas,
en las playas adormecidas
o apuradas,
maltratadas por el silencio
-del tiempo-
y bien adoradas...

De tus arenas: hacerme bello,
como del barro el alfarero,
o el vino, de su vasija y su olor.

De tus cantos de tus pájaros
oír alegrías y sinrazones...
como razones.
Porque de las dos mi alma aprende
y a las dos quiere,
las dos habitan
en lo más profundo
de tu playa...
de tu río...

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